Estoy triste y desepcionada de mi misma. Pero sabia que esto podia suceder.
Me siento atrapada en un espiral de retroceso.
Estoy haciendo las cosas mal, terriblemente mal. Que doloroso es darme cuenta que estoy desandando el camino, pero no puedo ponerme en estado de negación. Tengo que aceptarlo. Lo eché a perder.
He retrocedido mucho. Estoy de nuevo donde estaba en noviembre: 170lbs.
Casi me odio.
La cosa es que estoy justo en medio de dos mundos, en el centro exacto, y hoy debo tomar una decision.
O me suelto por completo y me dejo arrastrar por la corriente recuperando las 30 libras que he perdido, o me aferro con las fuerzas que me quedan y sigo luchando para llegar a ese destino que tenia en mente y pierdo las 30 libras que me faltan.
La primera desición es la mas facil y comoda. No me cuesta nada rendirme, decirme a mi misma, SE ACABÓ, es demasiado dificil y jamas lo lograras, lo intentaste, pero como siempre, ha sido un rotundo fracaso.
La segunda desición requiere una determinación y una fuerza de voluntad que ya casi no tengo, es seguir adelante aunque sea a rastras, sacar la ultima gota de esperanza y de fe que me queda y seguir luchando.
He creido las mentiras, le he creido a la voz que me susurra que no voy a poder, que no importa cuanto me esfuerce, no lo lograre y poco a poco he dejado que esa voz apague la verdad, la verdad que me ha sostenido y que me llevó hasta donde había llegado: Que delante de mi va el poderoso guerrero que pelea todas mis batallas, allanando mi camino y regalandome la victoria sobre mis enemigos.
Y no, no me puedo traicionarme a mi misma, traicionar mi fe, no puedo dejar de creer en aquel que jamas me ha fallado, asi que esta es mi desicion:
NO ME RENDIRE
Y aqui esta mi respuesta a ese gigante mentiroso:
Si Dios me ha librado de las garras de los leones y de los osos, tambien me librará de ti.
Dios me ayudará a vencerte y te mataré y te cortaré la cabeza... Y todo el mundo sabrá lo grande que es el Dios de Israel!!
Todos los que están aquí se darán cuenta que es Dios quien da la victoria en las batallas...
(1a. de Sam. 17,37 y46-47)
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