Cuando yo dejé de ser religiosa (católica y evangelica respectivamente) aun llevaba a cuestas cosas de la religión.
Por ejemplo, cuando dejé de ser católica aun colgaba de mi cuello un crucifijo y aun vivía rodeada de tradiciones, pero deje de ser católica, me volví evangelica y poco a poco se fue manifestando mi nueva religión.
Luego ya todo el mundo notaba que yo era evangelica. Después me di cuenta de que las religiones matan el alma y dejé de ser evangélica.
Aun llevo a cuestas ciertas cosas que esa religión sembró en m vida pero ahora que deje de serlo, y que con todas las fuerzas de mi alma me he decidido conocer de Dios, leer su palabra, vivir en su voluntad, poco a poco las cosas de la religión se van quitando de mi y las personas se dan cuenta de que ya no soy evangelica. Aun no se manifiesta completamente en mi lo que soy: CRISTIANA, pero se que poco a poco, día a día será mas notorio y un día será algo que salte a la vista.
Hoy me di cuenta de que he dejado de ser gorda.
Pero cómo, si aun tengo sobre peso???
Sí, he dejado de ser gorda por que dentro de mi ya no lo soy, y ahora vivo como lo que soy aunque aun lleve a cuestas los restos de mi pasado, la marca visible de lo que antes yo era, pero poco a poco será manifiesto y evidente lo que ahora soy: Una persona sana y sin sobrepeso.
He dejado de ser gorda por que ya no vivo como tal, por que la comida me absorbe gran pare de la mente es cierto, pero para la vía contraria de antes. Ahora me absorbe el tiempo para analizar lo que me llevo a la boca, para seguir un horario adecuado, para estar pendiente de que las frutas y vegetales no falten en mi casa, para tomar la medida de las porciones, para ir eliminando cada detallito que pueda resultar perjudicial.
Ya no soy gorda por que aprendía a controlar "el hambre" de la mente demostrándome a mi misma que ese tipo de hambre eran simplemente antojos pasajeros que no podían determinar el destino de mi vida.
Cuando era una chica de 125 libras era cuando de verdad era gorda, cuando el darle gusto a mi paladar y a m is antojos era el mayor motivo para vivir, cuando cada fiesta solo podía tener ese nombre si incluía un buen trozo de pastel y suficiente comida para repetirse. Cuando al salir con mis amigas importaba mas a donde íbamos a comer que el momento grato que pasáramos juntas.
Para mi esto es un milagro, por que los deseos de comer me dominaban a tal grado que pensé que jamas podría salir de eso. Pero tengo un Dios poderoso, capaz de derrotar a cualquier gigante, capaz de darme la victoria en cualquier batalla, y se que es mi amado Dios el que va delante de mi haciendome suave el camino, abriéndome paso entre ese bosque lleno de espinos que me separaba de mi verdadero ser.
Voy contigo mi señor, amado mío y se que en ti soy "MAS QUE VENCEDORA" por tu gracia, tu fidelidad y tu amor.
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