El domingo me fui a los quince años.
Fue una de esas fiestas donde uno se encuentra a la cuarta parte del pueblo y para donde uno vea hay alguien conocido y a quien saludar.
No estuvo mal.
El resto de los días se han ido entre el colegio, maquetas escolares, fracciones que he debido explicarle a mi hija, facebook, CSI, algo de oficio, en fin... la normalidad abunda.
Mi cumple se acerca y yo quería un delicioso pastel de cafe con chocolate. Pero fue demasiado tarde y ya no lo conseguí para este mes y en septiembre ya no tiene caso, asi que ire al centro comercial a probar los pasteles de la nueva pastelería que se ven tan lindos a ver si me gusta alguno.
Los pasteles frios no me gustan. Debe ser un pastel... no se como, diferente, no frio, algo como la torta chilena estaría bien, pero es un pastel dificil de conseguir aca, y bueno, creo que lo venden en la pasteleria Holandesa, pero la torta chilena de alli no me gustó en absoluto.
Me moría de ganas por ese de cafe con chocolate pero ni modo.
La verdad me emociona mucho tener 35 aunque no tanto pensar en celebrarlo.
Pero como un cumpleaños sin pastel no es cumpleaños, debo de tener uno.
Mañana gracias a Dios por fin es viernes, y el proximo viernes... la edad perfecta.
Bueno... solo eso.
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